Del challenge a la «brown transfer”

Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem

smithers

Por qué lo llaman delegación cuando quieren decir ¡Haz esto ya! – Anónimo cabreado

Al despertar esa mañana Homer se imaginó frente al comité de disciplina de la Central. El motivo era sencillo aunque la solución no apuntaba en la buena dirección.  Hace unas semanas había sufrido lo que en plan modernillo llamamos una «brown transfer» cuando nos referimos a esa delegación que en realidad es más trabajo, pocos recursos y ninguna autoridad.

– ¿Qué has hecho, Homer? -preguntó el Sr. Burns, acercándosele a dos palmos de su nariz.

– Nada, Sr. Burns. Quiero dimitir de mis responsabilidades –contestó Homer.

– El Sr. Burns enrojeció de ira y, con un estremecimiento, pasó una mano por su rostro. ¿Pero tú te crees que es tan fácil?

– -Perdone, perdone –murmuró Homer-, yo no sabía que podía ocurrir esto.

Todo había comenzado cuando Homer estaba sentado cómodamente frente al panel de control de la Central y Smithers de forma ladina se  le acercó diciéndole:

– Oye Homer, no tienes nada importante que hacer ahora, ¿verdad?. Mira, es que ha surgido una cosa urgente que hay que resolver esta misma tarde.

– Bue…, bue…., bueno. Yo estaba aquí haciendo, haciendo………

– Atento Homer –añade Smithers- esto es urgente, estratégico y además nos posiciona. No te retrases, ni descuides su ejecución.

Esto fue hace unas semanas, y todavía Homer se siente nervioso y desasosegado. Luce unas buenas ojeras y le cuesta conciliar el sueño. Hasta en la taberna de Moe se lo han notado:

– ¡Qué mal genio que tienes Homer! –apunta Lenny- ¿te pasa algo?.

– Me pasa, me pasa. ¿Qué c……… crees que me pasa?

En la Central, esas semanas transcurren con visitas reiteradas de Smithers para ver «qué tal va la cosa». A la vez que Homer está teniendo un aumento alarmante de consumo de café. Parece mentira, pero en la última semana ha salido del trabajo a horas intempestivas con la inquietante sensación de que va a casa de visita. Además, apenas puede ir a la taberna de Moe.

Andaba en estas Homer, cuando en una de las escasas visitas que ha podido hacer a la taberna, Moe le dice:

– Te vemos irascible y despistado. ¿Te ocurre algo?
– Me han hecho responsable de un reto importante para la Central –responde Homer.
– Si es un reto tan importante, deberías estar contento y satisfecho –apunta Moe.
– Si, es verdad. Pero es que no tengo claro que sea un reto, sino más bien otra cosa.

Llegado a este punto Moe le sugiere que la mejor forma de saberlo es pidiendo ayuda a un colega de trabajo para ese proyecto.

– Mira Homer –observa Moe-, si la respuesta del colega comienza por “Es que…..” en sus variantes de «Es que yo no sé nada de eso», «Es que estoy muy ocupado» (cuando ostensiblemente se ve que no está haciendo nada), o bien «mira, a mí no me líes»; puedes estar seguro de que tienes un gran marrón encima de tu mesa.

Y si todo eso no te funciona, has pensado en algún momento  “¿Qué hace una persona  como yo con un “reto” como éste?

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