¿Es tu jefe un cerrajero preventivo?

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

– ¡El cerrajero! ¡Soy el cerrajero!

Soy de los que madruga para llegar al trabajo y a primeras horas he de decir que nunca me habían sorprendido de esta manera. No fue el vozarrón desplegado, sino quién lo desplegaba.

-Pasa algo, jefe -pregunto sorprendido.

-Hoy es un gran día. Creo que de ahora en adelante las cosas serán de otra manera.

Me encojo de hombros sin saber el motivo de su euforia tempranera.

-A partir de hoy todo el mundo fichará en esta empresa. ¡Ya está bien de perezosos y haraganes! -sentencia.

-Yo creo que es injusto para los que llegamos puntuales -acierto a objetar.

Sin hacerme demasiado caso se aleja hacia su despacho canturreando “Soy el cerrajero”.

Yo, bueno, soy jefe, pero no tanto como él, y de firmar me había librado hacía tiempo. No, no es que me moleste hacerlo ahora, pero me estoy imaginando la sonrisa irónica de mis colaboradores cuando digan: “¡Qué! ¿Ahora también firman los jefecillos?”.

Voy al despacho del jefe. Necesito saber por qué todos debemos firmar a partir de hoy.

-Buenas, jefe. ¿Hay alguna razón por la que todos tenemos que firmar a la entrada y la salida del trabajo? Creo que ya habíamos hablado de que, si había algún tardón a la hora de entrar, sería el jefe inmediato el que abordaría esta situación con el tardón dejando claras las consecuencias. ¿Por qué penalizar al resto con esta nueva norma?

-Te explico. Asistí el otro día a una conferencia y nos contaron el cuento del cerrajero y las cerraduras ¿Lo conoces? -me pregunta.

-Así, de entrada, no. Creo que no.

-Sí, mira: El cerrajero pone cerraduras no para evitar que el 5 % de cacos que existe entren en tu domicilio. Si éstos son realmente profesionales, entrarán. Lo mismo que el tardón impenitente. Llegar tarde, seguirá llegando. Y he de añadir que tampoco van dirigidas a ese otro 5% de persona que no entraran bajo ningún concepto en tu domicilio. Lo mismo que las personas cumplidoras con el horario, con firma o sin firma seguirán siendo puntuales.

-Entonces, ¿Para qué sirven? -Me atrevo a replicar.

-Sencillo. Las cerraduras, como las firmas, sirve para el otro 90 % que, si la situación se lo permite, bien puede verse tentado a retrasarse.

Yo soy de los que opina que es mejor abordar la situación de forma individualizada con cada tardón. Pero no sé qué replicarle. El cuento del cerrajero cuadra. Me es difícil refutarle su reflexión. Y eso me fastidia. Pero, ¿Qué hace mi jefe? ¿Prevenir una situación indeseada o evitar abordar esa situación cuando se produzca? No lo sé, pero mucho me malicio que tiene más de lo segundo que de lo primero. Tú, ¿qué opinas?

 

 

 

 

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1 comentario sobre «¿Es tu jefe un cerrajero preventivo?»

  1. Pues si de dar mi opinión se trata, sin duda es el recurso «típico» para evitar el enfrentamiento personal y así evitar abordar un problema que por su inseguridad personal le crearía una incomodidad manifiesta.
    Mostrar esta incomodidad, o falta de solución efectiva, le hace pensar que es señal de debilidad.
    Solución: me escondo.
    ¿Y por qué no aplica ya la norma de que las faltas de puntualidad las debe solucionar el superior inmediato? Creo yo que es para evitar ceder cuota de mando, ya que debe ceder y dar herramientas al superior inmediato por si algún «profesional» no acepta de buen grato el mando de un jefecillo.
    En fin, jefe sin capacidad de liderazgo.

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