No saber hablar, hablar sin decir nada y hablar sin saber qué decir.

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

Entre los que no sabemos hablar y los que hablan sin decir nada, nos estamos quedando sin palabras. Marirrodriga, J.

Hablar es importante. Algunos estudiosos dicen que el habla nos hace humanos. Aunque a veces, a tenor de los resultados, nuestra humanidad más parece ser producto de las malas palabras.

Para hablar necesitamos palabras. Pero no de aquellas que no dicen nada, no nos salen, son inadecuadas o no cumplimos. No es fácil hablar bien si lo que lo queremos es decir. El orden y el énfasis es primordial. No es lo mismo: “Perdón imposible, que cumpla su condena”, que “perdón, imposible que cumpla su condena”. La posición de la coma es un detalle, pero relevante ¿no?

Tenemos que mejorar nuestro hablar y, aunque algunos digan que a hablar se aprende hablando, no dudemos en echar mano de las siguientes recomendaciones:

  1. Antes de empezar, tengamos algo que decir y sepamos decirlo. Hablar al tuntún, de cualquier manera y con quienquiera, es garantía de meter la pata.
  2. Cualquier palabra no vale para expresar lo que queramos decir. Tiene su intríngulis dar con la palabra adecuada para reflejar exactamente lo que se quiere decir.
  3. Aunque a veces no lo consideramos, nuestros gestos y posturas hablan de nosotros más que nuestras propias palabras. ¡Ah!, y que poco vigilamos la postura de nuestros pies.
  4. Seguro que tienes muchos temas interesantes de los que hablar. Pero, ¿le interesan a tu interlocutor? Y si es así ¿con la misma profundidad y profusión que a ti?
  5. Sé que hablar es una cosa sería y que hay temas muy serios. Pero no te pongas muy solemne porque aburrirás a los demás. Por favor, utiliza el humor para hacerlo más ligero.
  6. Hablar no es difícil. De hecho, a alguno no hay quién los pare. Pero se trata de conversar. De hacer preguntas abiertas y neutras para empezar. Luego ya iremos a las profundidades.
  7. Ten una cosa en cuenta: tenemos que escuchar lo que nos dicen. Sé que no es fácil, pero inténtalo. Tu interlocutor notará si no lo haces.
  8. Escuchar no exige estar de acuerdo con lo que nos dicen. Hay veces que esto es así y debemos expresar nuestro desacuerd Hazlo, pero con corrección.
  9. Debemos evitar esa locuacidad de “verbo largo” que apenas nos permite respirar. No dudes en dejar que tu interlocutor comente su postura sobre el tema.
  10. Lo del vocabulario tiene su punto: elegir términos comprensibles para todos facilita las cosas. Sé que en ocasiones nos quita glamour, pero seguro que ganamos en inteligibilidad.

Posdata: ¡Ah! Si el tema del que estás hablando da lugar a una discusión y tus interlocutores se acaloran, ya sabes: o cambias de tema o aquello puede acabar de cualquier manera, menos bien.

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