¿Managers iluminado-ocurrentes o managers cauto-arriesgados?

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

«Un buen líder es ese que, sin descartar las cautelas necesarias, arriesga en las soluciones»

Debido a la complicada situación que estamos viviendo estos días, hasta ahora han tenido preeminencia agoreros, fatalistas, cenizos y miedosos de todo pelaje. Que conste que no estoy diciendo que el problema no exija cautelas, prevenciones y cuidados. En eso seguro que estamos todos de acuerdo. Pero son momentos propicios para que aparezcan —o se visibilicen, como se dice ahora— managers iluminado-ocurrentes expertos en predecir el futuro y también, todo sea dicho, managers cauto-arriesgados capaces de construir el futuro.

Tipos de managers

Como puedes imaginar, que uno u otro tipo esté al frente de la organización tendrá que ver mucho con el futuro que nos espere. Por ello, me gustaría analizar contigo cada uno de esos perfiles para comprobar su potencial y, si está en nuestros manos, decidirnos por el mejor. Si te parece, vayamos a ello:

Managers iluminado-ocurrentes

Empecemos por esos managers iluminado-ocurrentes. Entre ellos podemos distinguir dos subgrupos:

  1. Los más tarotistas y taimados dicen algo así como: «En el futuro nada será lo mismo». Lo suyo es vender como inspiración cualquier ocurrencia simplificadora más o menos tremebunda. Eso sí, todo bien empaquetadito como si de algo grande se tratara. Afortunadamente para todos, tienen un predicamento bastante restringido: más allá de algunos conocidos y allegados crédulos, nadie los aguanta demasiado, pero son capaces de agotar al más paciente.
  2. Hay otros más intuitivos proféticos, que, en función de un exceso de ego o la sustancia etílica mal digerida, pintan un futuro que más parece producto de una revelación que de un análisis mínimamente serio. Te diré que sus propuestas no llegan a la categoría de utopía, con todo lo fantástico y necesario que pueda ser tener ciertas utopías como referencia. Su pretensión no es lograr una organización eficiente, sino algo mejor: una organización profética y perfecta, por supuesto, y alojada en el reino del más allá o de lo imposible. Por ese motivo creo que a estos tampoco merece la pena dedicarles mucho espacio, aunque sí es conveniente vigilar para no caer en las redes de sus discursos grandilocuentes.

Managers cauto-arriesgados

Seguidamente, analizaremos a los managers cauto-arriesgados, que, como bien habrás detectado, incluyen en su nombre una cierta contradicción. No lo niego, pero te advierto que solo es aparente. En la realidad comprobarás que aúnan cautela y determinación con pragmatismo y elegancia, y la plasman en las siguientes formas de actuar:

  1. Parten de la voluntad de solucionar un problema existente (la realidad de este momento tiene bastante de eso) en vez de una idea cargada de conjeturas, cuando no de ocurrencias. El problema existente es el que ha de poner en marcha el proceso gestor que lo solvente.
  2. Aprovechan el conocimiento interno y externo de la organización además de la experiencia de todos sus colaboradores y buscan soluciones con métodos objetivos que huyen de fórmulas mágicas, profecías y augurios. Recuperar, mantener e incluso mejorar la eficiencia de la organización está dentro de sus metas. ¿Cambios? Por supuesto, pero fundamentados en algo meditado y objetivo.
  3. Proponen soluciones realistas, es decir, tecnológicamente factibles (ven interesante la ciencia ficción, pero más como inspiración que como realidad aplicable aquí y ahora), operativamente viables (ejecutables con los recursos que tiene o puede tener en la actualidad) y aceptadas por todos (escuchar, dialogar, compartir y buscar soluciones entre todos es la guía de su forma de actuar).
  4. Lideran un proceso de cambio dando un «salto hacia adelante» e invitando a diseñar una imagen futura común de la organización a la que todos se adhieran y contribuyan a hacer realidad. Consideran, por supuesto, las amenazas y debilidades que han provocado el caos organizativo actual, pero aprovechan las fortalezas internas y las oportunidades que puede deparar la nueva realidad.
  5. Elaboran planes de acción tras identificar el desfase existente entre el escenario futuro y la situación actual. Es ese el que indica la magnitud del cambio que se necesita realizar, así como las metas y directrices que se deben aplicar para conseguir hacer realidad la organización futura deseada.

A partir de lo anterior, se ponen a trabajar con sus equipos ejecutando los planes de acción, ayudando a eliminar los obstáculos que puedan aparecer y corrigiendo las limitaciones que puedan surgir.

Como ves, deberemos estar atentos y ser sensibles a las diferentes consecuencias que podría tener el caer en las manos de un manager cauto-arriesgado o de uno iluminado-ocurrente, porque mientras que el primero desea y busca una organización mejor para el futuro, construyéndola de una forma concienzuda, objetiva, metódica y participativa, el segundo nos regala presagios y profecías que vaticinan algo mejor que una organización para el futuro, más propio de una revelación.

Pero no solo eso, los gestores iluminados se olvidan de que mientras todos los empleados desean una organización mejor, no todos desean algo ocurrente y quimérico con un futuro incierto.

¡Ah! Recuerda: las ocurrencias pueden ser del gusto de unos cuantos, aunque pueden perjudicar a todos; en cambio, lo objetivo y sensato puede aburrir y disgustar a algunos, aunque beneficie a todos, incluso a los más iluminados.

Publicado el 14 de mayo de 2020 en https://www.esic.edu/rethink/2020/05/14/tipos-de-managers-luminado-ocurrentes-o-cauto-arriesgados/

 

 

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