El augur y el agorero

Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem

agorero

Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti. Séneca

Bastará decir que soy Homer, el mejor amigo de Moe; supongo que todos conocéis nuestra amistad y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.

Acostumbran a tacharme, en el mejor de los casos, de banal y egoísta. Tal vez lleven razón, pero yo también pienso. Pero pienso de ese pensar profundo que agota al que piensa y al que escucha.

¿Lo dudáis?

Esta conversación se producía mientras Homer mantenía una jarra de cerveza en cada una de sus manos:

– Mira Moe, hay tres tipos de personas.

– ¿Tres?

– Sí, me explico: Un primer tipo son aquellas personas que anteponen las cosas malas a las buenas. Mira, obsérvame: es como si yo pusiera todas las cosas malas que me han pasado en mi jarra de la mano derecha. Vamos, que cada vez que instintivamente me lleve la jarra a la boca tendré esa sensación amarga de los fracasos y las derrotas.

– ¿Y las buenas?

– Bien, las buenas las ponen en la jarra de la mano izquierda, un poco alejadas para mirarlas de tanto en tanto y, con suerte endulzarse algo de vez en cuando.

– ¿Y el segundo tipo?

– Lo integran las personas  que ponen las cosas buenas en la jarra de la derecha para que estén próximas y les sean fáciles de llevar a la boca y saborearlas. Las malas las ponen en la de la izquierda y evitan beber de ellas, pero ahí están, ocupan espacio y no aportan nada.

– ¿Y el tercer tipo?

– Lo constituye ese tipo de personas que pone en la jarra de la derecha las cosas buenas para saborearlas y prescinden de la jarra de la izquierda ya que una vez analizadas no sirven para nada, son pesadas y no ocupan más que espacio.

Moe se le quedó mirando sin saber que responder. No se creía lo que estaba oyendo y supuso que su amigo y cliente estaba siendo víctima del contenido de ambas jarras que ya había vaciado apresuradamente.

Este juego de la jarritas le había resultado curioso. Ya era consciente de que Homer con un par de jarras de cervezas era un artista. Pero ¿llevaría razón en algo?. Porque claro, él estaba casi siempre enfadado. ¿Tenía algo que ver con lo que Homer estaba diciendo?. Y se planeaba, ¿Tal vez él, Moe,  era del primer tipo de personas?. No, eso no. El no era de ese tipo, ¿Y del segundo?. Hombre del segundo, del segundo tal vez algo. Pero es que esa mala uva a veces le embarga le hace dar unos sorbos impresionantes a la jarra de su mano izquierda.

¿Será Moe capaz de considerase del tercer grupo? ¿Podrá prescindir de la jarra de su mano izquierda y dejar de poner cara de “enfadado con el mundo”?, ¿o es que sin esa pose su personalidad se resiente?.

El resentimiento es como tomar veneno y esperar a que la otra persona muera. Frank McCourt –Escritor norteamericano.

Print Friendly, PDF & Email

1 comentario sobre «El augur y el agorero»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*