El liposuccionador liposuccionado

 Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem

smithers1Si hemos hecho algo que nos avergüenza, solemos justificar que lo hicimos porque era  nuestro deber. G. B. Shaw

Lenny estaba a punto de empezar a almorzar un día cualquiera de la semana cuando de forma artera y sigilosa le entregan un documento. Por el formato parece que sea un documento oficial.

–  ¿Qué es esto? –preguntó Lenny

–  Entiéndelo -le dice Smithers-. Es por el bien de la Central.

–  ¿Cómo? ¿Por qué yo? -preguntó atónito.

–  No lo sé -contestó Smithers-. Ve a recursos humanos y te informaran. Seguro que te explicaran.

–  ¡Pero yo no quiero irme! -chilló.

–  Yo soy un simple mensajero -repuso Smithers-. Es la política de empresa la que así lo exige. Dicen que es nuestra última oportunidad para armonizar la estructura organizativa a los tiempos que corren.

Todo había empezado con la asistencia de Smithers, empleado pelota y lisonjero, a un workshop en el que un afamado gurú prometía ventajas incontestables si se seguían sus métodos  y horrores inimaginables si éstos se obviaban. A su vuelta a la Central y con el ánimo de ganar puntos ante su jefe, a Smithers le faltó tiempo para contárselo.

– Mire Sr. Burns, he estado en un workshop sobre “The organization of the future” y ha sido realmente interesante.

– ¡Ah! ¿Y qué es eso tan interesante que has aprendido?.

–  Bien, creo que le gustará oírlo- afirma Smithers-. En principio, decirle que tal vez se puedan reducir los costes excesivos que tiene actualmente la Central.

– ¿Sí? ¿Cómo?

– Verá –se anima Smithers-: ¿todos y cada uno de los empleados representan un activo para la empresa?, ¿se podrían armonizar los salarios de los que se queden con  el mercado actual?

–  ¡Excelente! –responde el Sr. Burns frotándose las manos.

Smithers continua animadamente explicando lo que él haría si le dejaran: “que si se podría reducir por aquí, que si recortaría por allá,.…

A la semana de esta conversación Smithers y el resto de los empleados de la central reciben un documento, que también parece oficial, en el que se les comunica una reducción significativa de su salario y la eliminación de amplios beneficios.

–  ¿Por qué a mí? –exclama Smithers-. Yo soy un empleado de gran valor para la Central.

Lenny y un grupo de empleados que estaban junto a él le miran atónitos

–  Era mi deber proponérselo al Sr. Burns –grita Smithers-. No tuve otra alternativa.

Ahora las miradas de sus compañeros son amenazadoras

–  No era nada personal contra nadie –se disculpa zalameramente Smithers-,…. Solo quería lo mejor para todos.

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1 comentario sobre «El liposuccionador liposuccionado»

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