El “transpa” o la crueldad del jefe

Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem

Transpa

 «A los indecisos todo les resulta imposible porque así se lo parece. No porque así sea». Walter Scott

Es de trasparencia insulsa, su figura anodina. Nació hace treinta y dos años y acostumbra a vestir un traje de un color indefinido con una corbata a juego. Su andar nimio en unos zapatos de punta redonda, que lleva igual en invierno que verano, le hace insignificante.

Él mismo a veces piensa que es invisible para los demás y sospecha que de ahí le viene el apelativo de “el transparente”. Con el tiempo, y para aliviarlo un poco, sus compañeros han pasado a llamarle “el transpa”. Él siente esa invisibilidad como una crueldad que le hiere en su maltrecho orgullo y le dan ganas de gritar. Pero hasta ese grito, por fuerte que sea, sospecha que parecería no haber salido de su boca. Sencillamente, no existe para los demás. Sin darse cuenta, esta última frase la ha pronunciado en voz alta.

-¿Por qué piensas así? –le pregunta su compañero.

-Tú me dirás –responde-. Haga lo que haga siempre la respuesta de mi jefe es la misma.

-¿Qué quieres decir con ello?

-Vamos, que cuando hago algo nunca sé si lo hago bien o es un trabajo mediocre

-O sea, ¿Qué nunca te critica o alaba lo que haces?

-No, no. Nunca lo hace -replica.

Retumba en su memoria la respuesta que acostumbra a darle su jefe cuando le presenta algo.

-Si yo hago algo –continua Clarencio- le pregunto ¿Qué tal está?. La respuesta siempre es: “Si, bueno, bien. Me lo miro y te digo”. La respuesta es siempre la misma haga lo que haga y lo haga como lo haga

Clarencio está contrariado, cree que su jefe actúa de buena fe, piensa que éste lo hace para no criticarle cuando hace algo mal y de esta manera animarlo, o al menos no desanimarlo.

-Pero yo necesito ser confirmado por lo que soy –afirma Clarencio elevando el tono- e incluso por lo que pueda llegar a ser, pero no obtengo respuesta.

-¿Y si te sugiere lo que no podrás ser o serlo con muchas dificultades? ¿Estarías dispuesto a escucharlo y asumirlo? –le pregunta su compañero.

-Bueno, claro, verás…. –balbucea Clarencio- Tampoco se trata  de que a uno le digan …., vamos que tampoco hay que ……, es decir, que todo es muy relativo.

En realidad esta parte le asusta. Tiene una realidad que conoce y no le gusta y otra que desconoce y le asusta. Ha de tomar una decisión, pero no sabe si prefiere seguir sin saberlo, sintiendo como su tiempo pasa entre pequeñas gestiones y nimias discusiones o bien esforzarse para ser visible aunque implique riesgos y deba contemplar la opción de fracasar.

Estaba morboseando un poco en facebook a la vez ejecutaba actividades irrelevantes cuando su jefe, que había entrado hacia un buen rato en el despacho, le dice ¡Qué tal “transpa”!. No me había dado cuenta que estabas tú aquí.

-Sí, ya ve, aquí estamos matando la mañana –responde Clarencio.

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