Pelafustanes o el arte de hacer difícil lo fácil

Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem

«Algunos gastan más energías en esquivar los problemas que en resolverlos”.  Henry Ford (1863-1947) EE.UU,

 – Maggie, Maggie ¿dónde te has metido? –Grita Marge a la vez que piensa- “acabo de dejarla aquí mismo en su cochecito y ya no está”.

– ¡Bart!, inquiere Marge, ¡No la estabas vigilando tú!

– ¿Yo?, No, no… ¡qué va!… yo estaba mirando este, este …………., responde Bart.

–  Vergüenza te  tendría que dar… Mira que no preocuparte de tu hermana. ¡Bueno, esto es el  colmo! …digo, digo… Mira, ¡Que no sé lo que hacer contigo!. ¡Mejor no pensarlo!.

(Marge y Bart habían ido a comprar al Centro Comercial de Springfield. Llevaban con ellos a Maggie en el cochecito de bebé y la han perdido).

Alejado de allí, a poco más de cien metros, se hallaba el cochecito. El bebé, al verse rodeado de caras desconocidas, rompe a llorar estrepitosamente. Ante tal hecho, todos se desconciertan y no saben qué hacer en tal situación:

– El más próximo al cochecito era Julius, el doctor, preocupado por el estado físico del bebé y si éste sería el óptimo hasta que aparecieran sus progenitores.

– A su lado, la señorita Krabappel, cree que mejorando la comodidad de ese vehículo llamado «cochecito de bebé» la criatura aguantará hasta que la madre aparezca.

– Por su parte, el director Skinner piensa que si tal abandono hubiera sucedido en su colegio, no estarían preparados para tal evento. ¡De la que se ha librado!

– Atendiendo a la llamada del centro comercial,el jefe Wiggum se personó en el lugar y, al no ver cerca a ningún adulto o tutor responsable, empieza a mascullar mentalmente las acciones administrativas que tendrá que llevar a cabo en tal situación. ¡Vaya papelón más incómodo!. ¡Es que no hay madres como las de antes!, exclama.

Kent Brockman, el periodista sensacionalista,  se frota las manos con semejante titular: “Madre drogadicta abandona al bebé para ir a comprar droga”. La vida le sonríe.

– Por su parte, Troy McClure, el actor en paro, que merodea habitualmente por el centro comercial, se ve en el papel de padre responsable frente a una madre díscola y despreocupada. Vamos, el papel que le haría saltar a la fama.

–  Finalmente elalcalde Quimby, informado de tal evento, se persona en el centro comercial y no hace otra cosa que pensar en el impacto económico que tendrá para la ciudad el hecho de hacerse cargo del bebé. ¡Qué no suceda esto muchas veces!

Todos especulan, pero nadie hace nada por calmar al bebé que sigue llorando.

En esos momentos aparece Marge, coge al bebé, lo acuna y se calma y sonríe a todas las personas que lo estaban observando.

Ante situaciones de solución sencilla algunos piensan soluciones parche, otros en sacar provecho de ella y, finalmente, los irredentos, se empeñan en hacer de cada solución un problema.  Ninguno de ellos en el bebé.

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