“Showtime! Ladies and gentlemen”

Por: Alejandro Martín. Socio Director de TDSystem

El “buenismo” o la estética de sentirse bueno.

– Happy New Year. Buen año chicos y chicas. He llegado. Ya estoy aquí. ¡Qué ilusión! Me moría de ganas por volver a veros. Os echaba mucho de menos.

Las entradas de año del jefe acostumbraban a tener este tono. No es una sorpresa, no, pero no acabo de acostumbrarme. Su performance es perfecta, no lo dudo. Pero mis dudas vienen de su sinceridad. Su buenismo es estético y a la gente le gusta, o parece gustarle. Ya sabes, sonrisas de plástico, abrazos de osito y frases melosas, más falsas que un billete del monopoly.

-Si que viene florido este año el jefe. Seguro que ha triunfado durante estas fiestas -comenta un malicioso que parece no haber triunfado demasiado.

Yo sé que el triunfo tiene más que ver con el exceso de la comida y la bebida de estas fechas que con la mendaz insinuación del malicioso. Pero, con ánimo de malmeter, digo:

-Claro, suelta un par de frases edulcoradas y queda la mar de majo. Es un figura con una puesta en escena inmejorable: llega, sonríe y abraza a diestro y siniestro. Impecable. Vamos, ¡un artistazo!

En realidad, pienso que queda un poco babosete y que lo hace para sentirse bueno, parecer guay y quedar modernete. Por aquello del buen rollito en estas fechas. Supongo.

– ¿Te has fijado? -pregunta el malicioso- Se ha liado a abrazar a todo el mundo. Creo que ni una “guresa” de la secta de los teletubbies es capaz de dar tanto abrazo en tan poco tiempo. Un campeón.

Tengo que decir que los abrazos acompañados de buenas intenciones me gustan. Pero, como diría…, esa “performance abracil” la veo tan perfecta como mentira. No sé. Se parece demasiado a esas modernas vermuterias en las que todo está en su sitio, pero lo que hay allí, nunca ha estado allí.

-Ya, pero no solo eso -prosigo con ánimo de seguir cotilleando- ¿Te has fijado en su lenguaje? Pura fusión: frasecitas rellenas de vocablos y chorraditas pronunciadas en un inglés hueco sazonadas con un tono tibetano. Y ¡hala¡, a triunfar. Vamos, pura verborrea de fusión.

-Lo que tiene este tío es un empacho postnavideño producto del exceso de azúcares turronáceos y vinos generosos. Lo suyo es un buenismo más estético que moral -aquí el malicioso se despacha a gusto.

He de reconocer que las fechas se prestan a esta “ceremonia de (con) fusión”. Todos, en nuestro primer saludo del año, expresamos buenos deseos con frases pegajosas y sonrisas bobaliconas. Pero, lo que deseamos, algunos al menos, es volver a esa rutina de un día normal sin excesos de azúcar, justitos de alcohol y comedidos en sonrisas empalagosas. Vamos, un retorno a la normalidad.

¡Buen comienzo de año!

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