¿Wilson o House? ¿Qué es tu jefe?¿Y tú?

Por: Alejandro Martín – Socio-Director de TDSystem

El otro día pregunté a un colega por un directivo de su empresa. Su respuesta fue rápida. Me dijo: “es muy buena persona”. Inicialmente no supe exactamente que pensar.

Yo le dije ¿Qué quieres decir con eso de que es “buena persona”?. Él me respondió que eso, que era afable y solícito. Pero no había despejado mi duda.

¿Era simplemente una buena persona? ¿o estaba ante un buen profesional? ¿Cómo saberlo?, ¿le podría incluir en alguno de los siguientes grupos?:

  1. Los “atrevidos” que van más allá de lo obvio o habitual y se arriesgan sin ser temerarios.
  2. Los “resolutivos” que generan propuestas de solución a un problema y se implican en su implementación.
  3. Los “visionarios” que ven en las discrepancias una fuente de conocimiento y creatividad y las aprovechan.
  4. Los “innovadores” que buscan formas novedosas de abordar la situaciones sin caer en snobismos desmedidos.
  5. Los “polifacéticos” que tienen múltiples perspectivas que les facilitan el abordaje de situaciones complejas.
  6. Los “cabales” que piensan por sí mismos y basan sus opiniones en criterios.
  7. Los “pragmáticos” que, además de tener ideas, las traducen en proyectos de ejecución.
  8. Los “focalizados” que creen en lo que hacen y actúan con determinación.
  9. Los “comprometidos” que se involucran en el proyecto con el máximo de empeño
  10. Los “dinámicos” que usa el humor para mantener la vitalidad en el día a día sin caer en el chiste fácil.

¿Ser buena persona implica ser buen profesional? ¿O ser buen profesional exige, además pertenecer a los grupos antes mencionados, también ser buena persona?

¿Cuántos de tus compañeros reúnen estas dos condiciones? ¿Y tú?

Comprobarás que todavía te quedará alguno difícil de encasillar en alguno de estos dos tipos. Bueno, que sean los menos.

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1 comentario sobre «¿Wilson o House? ¿Qué es tu jefe?¿Y tú?»

  1. Creo que en el mundo empresarial como en el político siempre se ha criticado a la buena persona «el buenismo». Parece que para triunfar en esos campos tienes que ser el ogro del cuento. Esta idea está muy pasada de moda. Evidentemente no puedes ser bueno y tonto, pero con una buena dosis de asertividad da mucho mejor resultado ser «bueno» que «malo» y además eres más feliz.

    Un abrazo,

    José María Ramón

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